miércoles, 20 de abril de 2011

Práctica 2. Aristóteles

Llama la atención de este texto, la forma directa, simple y comprensible de la información y el cómo abarca muchos ámbitos interesantes, entre los que destacaría este fragmento del Libro I, Capítulo I de la política de Aristóteles que dice así:
``Por lo pronto, es obra de la necesidad la aproximación de dos seres que no pueden nada el uno sin el otro: me refiero a la unión de los sexos para la reproducción. Y en esto no hay nada de arbitrario, porque lo mismo en el hombre que en todos los demás animales y en las plantas existe un deseo natural de querer dejar tras sí un ser formado a su imagen.La naturaleza, teniendo en cuenta la necesidad de la conservación, ha creado a unos seres para mandar y a otros para obedecer. Ha querido que el ser dotado de razón y de previsión mande como dueño, así como también que el ser capaz por sus facultades corporales de ejecutar las órdenes, obedezca como esclavo, y de esta suerte el interés del señor y el del esclavo se confunden.´´
Este fragmento habla de necesidad del ser humano de reproducirse y de conservar su descendencia, como una de las necesidades primarias del ser humano. Así mismo habla de la supremacía del hombre para garantizar una organización territorial, sobre otro grupo de hombres considerados como esclavos.Para que se produzca la relación gobernante-gobernado, el gobernador debe de separar entre su esfera privada y la esfera pública, pues sus intereses particulares no deben de influir en la toma de decisiones que abarquen a un colectivo.Otro fragmento de este capítulo que ha llamado mi atención es el siguiente:
``En la naturaleza un ser no tiene más que un solo destino, porque los instrumentos son más perfectos cuando sirven, no para muchos usos, sino para uno sólo. Entre los bárbaros, la mujer y el esclavo están en una misma línea, y la razón es muy clara; la naturaleza no ha creado entre ellos un ser destinado a mandar, y realmente no cabe entre los mismos otra unión que la de esclavo con esclava, y los poetas no se engañan cuando dicen:´´«Sí, el griego tiene derecho a mandar al bárbaro», 
Lo que más salta a la vista es que no hace distinción entre seres que mandan y seres que son mandados, sino que alude a que la naturaleza no ha elegido a ninguno de los dos sexos para que tengan una relación de sumisión por alguna de las partes. 

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