miércoles, 20 de abril de 2011

Benjamin Constant

En este texto Benjamin Constant defiende la importancia del sistema representativo en las sociedades modernas a través de la comparación del tipo de libertad que se gozaba en la antigüedad con la libertad perteneciente a la sociedad moderna.  Ya  que éste es el único sistema capaz de compaginar las libertades individuales con las políticas.
En la antigüedad, la libertad, consistía en el ejercicio de los aspectos relativos a la soberanía de una manera colectiva y directa: “deliberar en la plaza pública sobre la guerra y la paz, celebrar alianzas con los extranjeros, votar las leyes, pronunciar sentencias, controlar la gestión de los magistrados, hacerles comparecer delante de todo el pueblo, acusarles, condenarles o absolverles“. La principal consecuencia de este tipo de libertad era la completa renuncia a la individualidad, suprimiendo de esta manera los goces que actualmente son tan importantes para nosotros.
En cambio, para los modernos, la individualidad cobra el matiz dominante en nuestra concepción de la libertad. Entendiendo así por libertad: el derecho a no estar sometido sino a las leyes, no ser detenido, ni ejecutado, ni sufrir maltrato de ningún tipo por el efecto de decisiones arbitrarias. Derecho a dar a conocer las opiniones individuales, a escoger un oficio, derecho a la propiedad, profesar el culto que uno elija, etc…
Constant comenta que el factor decisivo para el paso de un tipo de libertad al otro fue la sustitución de la guerra en pos del comercio. Considerándose así a la guerra anterior al comercio, ya que: “la guerra y el comercio no son sino dos medios diferentes de alcanzar la misma finalidad: el poseer lo que se desea“. Mientras que la guerra como medio para la obtenención de bienes fue perdiendo eficacia con el paso del tiempo, ya que no podía igualar los beneficios obtenibles mediante el trabajo apacible y el intercambio regular,el comercio sufrió un aumento drastico que lo puso por encima. Una de las consecuencias inmediatas de la victoria de las actividades comerciales frente a las bélicas fue el desarrollo cultural y moral, obtenido gracias al continuado contacto con extranjeros que acarreaba el comercio. Este aumento cultural provocó un importante aumento del aprecio por la independencia individual. Debido a que mientras que para la guerra se necesitaba el apoyo de una colectividad en forma de ejercito, para el comercio cualquier hombre, sin necesidad de estar respaldado por nadie, podía tomar parte en las actividades comerciales siendo ayudado únicamente por sus capacidades intelectuales.Esta nueva forma de conseguir las cosas que otros poseían, al contrario que la guerra, no dejaba periodos de ocio. El comercio necesita de una constante y fiel dedicación a la causa. Por lo que la libertad para formar parte de la vida política de una manera directa sufrió un grave descenso en favor de los goces propios de una libertad más individual.
Es por esto que el autor defiende el sistema representativo, ya que gracias a él se accede a un equilibrio entre las dos concepciones de libertad, evitando tanto  renunciar a los derechos y los goces individuales en favor  de la aseguración del poder social, como la renuncia a nuestro derecho de participación en el poder político a causa de la absorción sufrida por el disfrute de los derechos y los goces individuales.


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